El Gobierno nacional relanzó el Servicio Cívico. Fue Patricia Bullrich quien anunció el programa de capacitación para jóvenes, creado durante su gestión en el gobierno de Mauricio Macri, que Alberto Fernández desarticuló cuando ganó la presidencia en 2019.

Federico Pelli, especialista en seguridad, destacó en LA GACETA los aspectos positivos de la propuesta y sugirió la necesidad de una implementación progresiva y bien articulada. "Lo más prudente sería empezar con una prueba piloto en pocas ciudades y con una cantidad reducida de jóvenes para evaluar resultados", afirmó.

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Pelli consideró que esta iniciativa representa un avance respecto a la versión de 2019. “El hecho de articular con el Ministerio de Capital Humano es una diferenciación importante, porque puede potenciar la capacitación en oficios y herramientas laborales, facilitando la inserción posterior de los jóvenes en el mercado”, explicó.

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El especialista se refirió, además, a la relevancia de este tipo de programas, dado el contexto de vulnerabilidad en el que se encuentra una gran parte de la población joven. “Hay un problema focalizado en la franja etaria de 18 a 24 años, tanto en Tucumán como en Argentina. Muchos jóvenes llegan al delito por falta de oportunidades laborales y educativas, más allá de las condiciones adversas en las que crecieron”.

Diferencias con el servicio militar obligatorio

En relación con las similitudes y diferencias entre este programa y el antiguo servicio militar obligatorio, Pelli fue categórico: “Son sustancialmente diferentes. El servicio militar obligatorio era un proceso de formación militar a cargo de las Fuerzas Armadas, mientras que este Servicio Cívico está bajo la Gendarmería Nacional, que no es una fuerza armada, y su enfoque es educativo y laboral”. Además, destacó que no se trata de un programa obligatorio ni de un sistema de internado permanente.

“Lo único en común podría ser la rutina diaria, con ciertas prácticas de orden y valores nacionales, pero los objetivos y la implementación son completamente distintos”, aclaró.

Desafíos en la implementación

Pelli advirtió sobre algunos aspectos sensibles que deberían considerarse. “La incorporación de jóvenes en situación de adicción podría ser compleja, porque la Gendarmería no está capacitada para abordar este tipo de problemáticas. Aquí es clave la intervención del Ministerio de Capital Humano, que puede brindar herramientas específicas”, argumentó.

También recordó iniciativas anteriores como el Plan Fines, implementado durante el kirchnerismo, que permitieron a soldados voluntarios completar sus estudios secundarios. “Son antecedentes que muestran el valor de articular con el sistema educativo para potenciar estas políticas públicas”.

Finalmente, Pelli opinó que Tucumán podría ser una de las provincias incluidas en el programa, dado que cuenta con destacamentos importantes de Gendarmería. “El Escuadrón 55 tiene una base sólida con alcance regional, lo que facilita su participación”, concluyó.